le arden las tripas por tanta sangre joven.
A nada le teme, ha visto la muerte
en los ojos de otros…
En las noches de furia
el horizonte desangra
su soberano andar.
Este infierno de circo
cambalaches peregrinos
en los caminos rotos
de la inmensa nada.
La fiera está cansada
su mirada fría y resignada
aguarda la llegada del joven
atrevido, insolente, dispuesto a matar.
En la noche cerrada
que se ha tragado las estrellas
nuestro rey bosteza y se traga la tierra.
Relame sus garras
aún manchadas con sangre fresca,
le pesan los ojos como su vida entera.
El final llega si proezas
antes de morir lamenta
no haber conocido a quien
capaz de darle muerte fuera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario