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BIENVENIDA A LOS LECTORES

En este blog encontraran los esfuerzos literarios de un grupo de amigos reunidos por su amor a la escritura que buscan difundir a todo el mundo los recovecos de su alma plasmados con la impronta dejada en estas letras

29/6/16

ME DEJARON SIN MIS CIGARRILLOS cto. de Luis Guiñazú

Craneo fumando un cigarrillo, cuadro de Van Gogh

Me Dejaron Sin Mis Cigarrillos

No puedo dormir, ¡de nuevo me sacaron los cigarrillos!, la riña doméstica de después de cenar me tensó los nervios; transpiro entre las mojadas sábanas, giro y giro en la vana búsqueda de una posición relajada. No queda otra cosa que salir a la calle, a pocas cuadras inauguraron un kiosco polirrubros, donde puedo conseguir los puchos a toda hora.
El brillante y funcional local está atendido por un joven, que entre cliente y cliente mata el aburrimiento leyendo una revista de chismes, escándalos y mujeres desnudas, que dejó de lado, con desgano, para atenderme. No había de la marca que me gusta, fastidiado por mi indecisión, el dependiente me apuró para volver a su revista.
El carillón anunció el ingreso al local de nuevos clientes, eran tres vestidos con incongruentes sacones en la cálida noche. Dos se quedaron mirando las estanterías; el otro, cuando estuvo a un palmo de nosotros, extrajo el arma más grande que yo haya visto, la que abanicaba delante de nosotros y con voz perentoria exigió que le diéramos todo el dinero. Detrás, sus compañeros, exhibían sus armas, ubicándose estratégicamente uno al lado de la puerta y el otro cerca de la ventana, para observar el movimiento de la calle.
Lo que no vieron fue al segundo empleado, que seguía los movimientos de los parroquianos por el circuito cerrado de vigilancia.
Asustado, tironeó con desesperación de la alarma silenciosa, rogando para que la policía no se demorara.
Moví mi mano automáticamente para buscar mis cigarros.
No oí el estruendo, sólo vi el fulgor y sentí cómo el caliente plomo me rompía la nariz junto al instantáneo dolor de cabeza. El olor a quemado me dio náuseas.
Vi cómo corrían los tres ladrones a la salida, disparando en todas direcciones; la sangre del empleado me cayó como lluvia sobre mi cabeza. Y luego fue la paz.
Luces de colores bailaban por las paredes, torpes pies me rodearon, unas manos me alzaron para colocarme sobre una camilla; un oficial revisó mis bolsillos, aunque los forajidos nada me habían dejado.
Las desparejas calles por la que corría la ambulancia con derroche de luces y sonidos, me sacudieron sin misericordia.
¿Para qué me ponen la mascarilla?, ¿acaso no ven que no puedo respirar? Lo mismo insisten. Me golpean como tontos el pecho, y me sacuden con descargas eléctricas.
Yo solamente quiero fumar, pero a nadie se le ocurrió brindarme un cigarrillo.
 Todos hablaban con murmullos apagados, aunque de vez en cuando se oyen las risotadas desde la otra habitación, ¿Quién sería el chistoso?; en mi situación ni siquiera los puedo oír.
El cura vino a sermonearme y lanzarme agua bendita, las vecinas se pusieron a rezar el rosario, el tío Lucas pidió permiso para retirarse, (él como yo, no puede estar sin ir a echar humo).
Se acercó un elegante señor de etiqueta y apartó a todos de mi lado; vino entonces otro con overol de mecánico, él puso cerca de mí, como invitándome, el pucho que tenía en la boca; pero luego tomó una tapa de metal con la que cubrió. Nuevamente me invadió el olor a chamusquina y pensé, que yo estaba aún sin poder fumar un cigarrillo. Solo espero despertarme de esta pesadilla y que mi esposa no me vuelva a sacar mis cigarrillos, sobre todo, después de una tonta discusión.

10/2/16

información sobre la publicación de un libro

Informo a los que gustan de mis cuentos que ya tengo editado mi primera publicación 


A aquellos interesados por mi libro, lo puse a la venta en


Mercado Libre o en www.tintalibre.com.ar