un tren a horario
En ese túnel, solo descubro una sombra…De dos personas que acariciaban mutuamente sus cuerpos con un frenesí inusitado, despertando cada caricia un temblor de gozo en el otro, a la vez que èl miraba su llamativo reloj pulsera. Como un morboso fisgón disfruto de la escena, que tan gratuitamente se me brindaba. No entiendo el porqué no se dicen ni una palabra, solo se acarician y restregan sus cuerpos entre sí, sin emitir sonido alguno, pero en mi perversa imaginación estaba pergeñado el final.
De pronto, sentí un agudo y penetrante silbato, que me hizo rápidamente dar un paso al costado y girar mi cabeza hacia las vías. Apareció en ese momento un enorme tren con pitadas breves y profundas: al tomar conciencia de ello, a gritos trato de advertir a la pareja, sobre su proximidad; sin recibir respuesta alguna. En vano traté de detener el tren agitando mis brazos, ya que venía a toda velocidad se dirigía hacia ellos. Salté fuera del túnel y pude ver cómo ingresaba al túnel, dando profundas y reiteradas pitadas; imaginé lo peor. Después que pasó, seguí por detrás con la idea de ver un desparramo de cuerpos mutilados, pero cuál fue mi sorpresa, no encuentro nada, como si no hubiera habido nadie en dicho lugar.
Comienzo a seguir las vías hasta el pueblo cercano. Cruzo de la estación hasta la plaza y llego a un gran bar en una esquina. Me acerqué a la barra y comenté la experiencia al encargado, recibiendo por toda respuesta, que no me hiciera problema, porque que eran Cacho y Tita, una pareja de sordomudos, que están convencidos que el túnel, es el único lugar donde pueden hacer el amor fuera de la vista de perversos espìas.
LÀZARO