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BIENVENIDA A LOS LECTORES

En este blog encontraran los esfuerzos literarios de un grupo de amigos reunidos por su amor a la escritura que buscan difundir a todo el mundo los recovecos de su alma plasmados con la impronta dejada en estas letras

28/8/11

Rey


La fiera descansa, se regocija en su lecho
le arden las tripas por tanta sangre joven.
A nada le teme, ha visto la muerte
en los ojos de otros…

En  las noches de furia
el horizonte desangra
su soberano andar.

Este infierno de circo
cambalaches peregrinos
en los caminos rotos
de la inmensa nada.

La fiera está cansada
su mirada fría y resignada
aguarda la llegada del joven
atrevido, insolente, dispuesto a matar.

En la noche cerrada
que se ha tragado las estrellas
nuestro rey bosteza y se traga la tierra.

Relame sus garras
aún manchadas con sangre fresca,
le pesan los ojos como su vida entera.

El final llega si proezas
antes de morir lamenta
no haber conocido a quien
capaz de darle muerte fuera.

27/8/11

COMO CON CHICHE NUEVO

  el balero perdido
Aquel día, Alberto se levantó con  ganas de ordenar el desván;  estuvo toda la mañana sacando cosas y recordando de quiénes eran, hasta que descubrió, metido en una vieja caja de cartón,  un balero de madera.  Intentó jugar con èl y descubrió que le quedaba bastante habilidad, fue a su habitación y comenzó a practicar, recordando momentos de su infancia.
Era tanto el entusiasmo, que no almorzó por jugar con su balero antiguo. Durante la siesta  tuvo a su mujer los dos hijos y la suegra frente a él, haciéndoles demostraciones con el balero.
Al llegar la hora de ir al estudio, lo primero que puso en su maletín entre los expedientes, fue sin duda el balero. En la oficina, lo  sacó  del portafolio y lo puso tiernamente sobre el escritorio. Cuando llegó su socio Raùl, una persona muy nerviosa y cargado de ira, debido a la forma en  que  desarrollaban sus tareas  los empleados judiciales. Alberto le pidió le concediera unos minutitos y comenzó las demostraciones con el balero;  jugaba y jugaba mientras Raúl lo miraba con paciencia y atención  fingidas.
Hoy, Alberto está internado en un Hospital  Privado, donde  dos eminentes proctólogos tratan se extraerle el balero con el menor daño posible.  Antes de entrar a cirugía  solicitó que: “trataran de no cortar el piolín, porque era bueno como los de antes y lo quería guardar de recuerdo”. Como siempre hizo con sus cosas de niño¡.
LÀZARO

26/8/11

HAY AÑOS DE SECA

Todos los días nos hacíamos unas cuantas rondas de mate.
Hacía tres años que en la comarca no llovía, podríamos decir con exageración. Pero la verdad,es que la temporada de lluvias retardaba en llegar. Las aguadas se habían secado, por el pequeño arroyo, el que en otros tiempos era caudaloso, no corría ni una gota, los animales se nos estaban muriendo y qué decir de la cosecha de maíz y girasol; estaban totalmente quemadas por el sol.
Con este panorama, considerábamos perdida  nuestra chacra. Pero la señora que se había criado con nosotros desde que quedó huérfana, nos dijo que fuéramos a ver a doña Zenaida, que ella podría hacer llover y salvar las tres vacas y siete cabras que nos quedaban, fuimos y Doña Zenaida, nos preguntó si éramos creyentes a lo que contestamos afirmativamente. Hizo con sal una gran cruz en el patio clavó sobre ella una más pequeña hecha con ramas que sacó del algarrobo , tirándoles encima unas yerbas que tenía en una bolsita de arpillera y mirando hacia unas  pequeñas nubes que había en el horizonte dijo, “que llueva que llueva, la vieja está en la cueva los pajaritos cantan, las nubes se levantan, que si, que no, que caiga un chaparrón y santiguándose se retiró para su casa, nosotros, mi mujer y los chicos quedamos mirándonos extrañados, recordando el viejo cantito que nos solía recitar la abuela, cuando  de niños nos asustábamos con los truenos.
Al día siguiente, amaneció  el cielo encapotado y con unos refucilos impresionantes. A media mañana se largó a llover tan torrencialmente, que el agua al escurrirse por el patio, comenzó a arrastrar algunos enseres que teníamos descuidados bajo el algarrobo.
Luego mandé a los chicos a traer las cabras al corral y  atarlas lo a los postes y así evitar que se las llevara la correntada de la calle frente a casa. A media tarde se sentía rugir al arroyo como nunca, llevando troncos, sillas y cosas que sacó de los ranchos vecinos, Nosotros lo pasamos encerrados en la cocina prácticamente todo el día. Como a las diez de la noche amainó el temporal y dejó de llover.
Al otro día nos visitó Doña Zenaida para preguntarnos si necesitábamos alguna otra cosa.
Sabíamos que nuestro hijo menor estaba con una constipación de  diez días, pero con mi señora no nos animamos a pedirle nada y ella se retiró dándonos un fuerte abrazo s, al constipado no quiso ni tocarlo, es que Zenaida sabía bien lo generosos que eran con ella sus santos preferidos.
LAZARO

25/8/11

cuento: Caluroso día de invierno

Don Nicolás, cuadro de Antonio Berni
Caluroso día de invierno
de Luis Alberto Guiñazú
Http://pasequelecuento.blogspot.com
Estamos en invierno, pero el clima está loco y hasta diría loco de remate; a las tres de la tarde la temperatura ha llegado a los treinta y dos grados. Lo vi en la televisión.
¡Con razón! , no daba más. Me saco el pulóver, luego, cambio la camisa por una remera y la camiseta manga larga por una corta; por último, también me despojo de ella.
El calor es casi insoportable después de tantos días fríos; la chomba se me pega al cuerpo. Ni soñar con poder dormir la siesta a pesar de la modorra.
Me preparo un café  y me siento a escribir mis memorias en el rincón más fresco de la casa.
Estoy solo.
De improviso hace su aparición la primera mosca; la sigo con la mirada en su revoloteo; estoy demasiado amodorrado para levantarme a buscar el insecticida, que por otro lado no creo que a esta altura del año pueda encontrar.
La lapicer se me escapa de los dedos; gira sobre la mesa. Debe haber un desnivel  pues se aleja de mí, como si se negara a que siga escribiendo mis embustes.
Lo detiene una piedra.
Alguien la dejó allí sobre la mesa: es la con que calzan la ventana en los días de viento y evitar que se golpee.
Ahora que me fijo, debajo del pedrusco hay algo amarillento. Me pregunto qué puede ser.
Tengo pereza para levantarme de la silla, tanto para buscar el traidor lápiz, como para ver qué es eso.
Entrecierro los ojos; sorbo un trago de café.
De pronto vi, o creí ver que esa cosa amarillenta se movía. ¿Es que estaría viva?
Siento cierta inquietud, pienso que sin pararme, alargando el brazo y la mano con la punta de los dedos podría alcanzarlo. Pero, dudo, ¿Y si es en realidad algo vivo?, ¿no podría ser peligroso? ¿Para qué arriesgarme?
Si tuviera la lapicera, podría empujarlo, pero está más allá.
Termino el café.
¿Por qué no usar entonces la cucharilla?, luego, en todo caso la lavaría, y si fuera necesario utilizaría un poco de lavandina.
Toco primero el guijarro.
No se mueve; suavemente elevo sobre esa cosa la cucharillita y le doy un toque suave y espero.
Nada ¿se hará la muerta?
Le golpeo entonces con más fuerza.
Casi me caigo del asiento cuando la figura amarilla da un veloz salto en el aire y va a parar al suelo. Allí se confunde con los colores de la alfombra.
Por precaución levanto los pies; una sensación de hormigueo me recorre la espalda.
Concentro la mirada sobre todos y cada uno de los arabescos del tapiz.
Lo veo, se mueve de un lado para el otro, como quien se retuerce de dolor.
¡Mi oportunidad! Bajo con fuerza mi pie derecho y le doy un tremendo taconazo.
Me paro, puntillosamente levanto el pie y veo, no sin tener un estremecimiento, ¡que aún se mueve!  
Con coraje, resolución y valentía lo tomo con mis dedos.
¡Es el envoltorio de papel del caramelo que hacía un rato le regalé a mi nieta! Ésta lo había retorcido y arrollado, dejándolo sobre la mesa al lado del canto rodado que se usa para trabar la ventana los días de viento.
¡Ya me había dicho mi médico!,  que debía hacerme ver la catarata de mis ojos, que se me está sumando a la presbicia.
Cierro la ventana y uso la traba, pues la ligera brisa se está transformando en un viento fuerte; sin duda el tiempo está volviendo a cambiar.

13/8/11

ELVIOLINISTA EXILADO


Durante años había estudiado música en el mejor conservatorio del país, se había perfeccionado en el arte de ejecutar el violín, su instrumento favorito. Pero por cuestiones de avatares políticos, tuvo que exilarse en Méjico, después de ser amenazado por una organización parapolicial.
El maestro era un perfeccionista y su carácter, insoportable.  Tan maniático con sus cosas, que si encontraba desparejos sus pares de zapatos, los  desparramaba por todo el dormitorio. Su mujer pensó  dejarlo ir a Méjico solo y  que se las arreglara como pudiera.
Fue a recalar a la ciudad de Guanajuato, capital del estado de mismo nombre, donde lo recogió un amigo músico de su infancia, que había emigrado varios años antes de la amenaza.
Totalmente ajeno al ambiente cultural de ese estado mejicano, debido a sus extraordinarias dotes artísticas, su amigo consiguió que le permitieran mostrar sus habilidades interpretativas de los clàsicos con el violìn en el más importante teatro del lugar.
La primera noche, con toda la carga emocional que significaba encontrarse en un país extranjero, que desconocía totalmente su cuirriculum, salió al escenario, tembloroso y completamente transpirado. Ante un público escaso y poco generoso con los aplausos, volvieron a su mente los “demonios y fantasmas” de su país a bloquearle los dedos.
El maestro hizo tripa  corazón, ejecutando  la serenata de Schubert, con una maestría sin igual, luego siguió con sinfonías de Mozart y otros clásicos de su repertorio.
Antes de terminar de ejecutar el último movimiento de la sinfonía número 42  de mozart, el teatro se derrumbaba en vivas de los presentes. El profesor se sintió tan gratificado, que  le cayeron lágrimas de alegría, lo que fue advertido por el público, quien redobló  los vítores.
Al día siguiente,  un importante diario de la ciudad de Méjico, en una página exclusiva, se comentó sobre la extraordinaria actuación del maestro argentino.
Al recuperarse la democracia, el violinista regresó a su patria, ocupando en ese período,  el cargo de primer violín en la orquesta sinfónica del teatro Colón,luego de haberse perfeccionado lo suficiente,con eximios profesores europeos.
Hace años que recorre el mundo desplegando su arte y desparramando por el camarín los zapatos mal acomodados. Su mujer tolera esos desplantes descontrolados con paciencia y amor, ya que parece ser su inevitable destino: conciertos impecables y zapatos desparramados.

 LÀZARO

CRIA FAMA Y ECHATE A DORMIR

un par de alpargatas tejidas
Una luz en el camino me sorprendió, menos mal que frené de repente, porque al encender las luces, vi que no eran pingüinos, sino un montón de gente sentada a la vera del camino cerca de ese pueblito por los pagos de Chubut,  llegando a puerto Madryn.
Al ver que eran mujeres, creí  que podían necesitar algún tipo de ayuda, estacioné mas adelante y me volví a preguntarles si necesitaban algo.
Vi sobre un carrito parecido a una cureña, un pequeño cajón con un gran corazón de rosas escarlata. y en  el medio un par de alpargatas tejidas. Volví a insistir sobre si necesitaban algo y una de las mujeres con ojeras profundas y  ojos  llorosos me gritó;”Si, que vuelva a la vida el Yayo”, quedé sorprendido por la respuesta y pregunte que pasó?”: fue acaso un  accidente?. En ese instante se abalanzaron sobre el féretro cinco mujeres del cortejo y comenzaron a mordisquear el cajón arrancando partes del lustre, yo curioso por la escena seguí inquiriendo el porqué de tanto dolor. La que parecía comandar el grupo me dijo: “y ahora qué haremos, si nuestros maridos se lo pasan trabajando dos turnos diarios en la refinería de petroleo; y los sábados y domingos hacen piquetes reclamando mejores salarios, pero la insensibilidad de la empresa no se modifica. Ahora estamos abandonadas del todo y no sabemos que hacer. Otra del grupo saltó a los gritos:”se los venía diciendo en la peluquería, aflojen un poco,  que esto termina mal”.Yo, cada vez más intrigado pregunte: ¿Como murió?, una, con llantos entrecortados me respondió “se agotó” -como no oí bien dije, si se ahorcó porque se suicidó?y otra empezó a los gritos diciendo: No, no se ahorco, sino que se agotó, de agotarse, se quedó sin nada. Este pueblo ya no será lo mismo sin él.  Ahora lo llevamos a que descanse en la meseta que está frente a punta Tombo cerca de  la pingüinera, que era su lugar preferido, donde siempre iba a jugar con sus hermanos, según solía contarnos.
Subí a mi coche y continué el camino,  cuando caí en la  cuenta sobre: ¿porqué  ese cajón tan cortito y ese par de alpargatas tejidas al croché? , que estaba sobre el corazón de rosas escarlata. Es ahí, cuando empezó a retumbar en mi cabeza las estrofas de una chacarera santiagueña, que dice:”Viuditas y solteronas, ya no cierran las ventanas, esperando la visita de algún petizo fantasma. Al llegar a Madryn recién comprendí que había muerto el pata´ e lana más querido de la Patagonia.

LÀZARO

CAMBIO DE PAREJA FORZOSO

(Realismo Demasiado Mágico)
Cierta vez crucé el bosquecillo cerca de mi pueblo al pie de los Apalaches, para acortar camino y llegar a tiempo a la misa de 20 hs. Un inmenso oso pardo se paró en dos patas, apoyó las delanteras sobre mis hombros y mirando fijamente mis ojos, me dijo:”Tanto pedí a Dios me consiguiera lo antes posible comida después de mi ibernación en la cueva y justo apareces tu para satisfacer mis necesidades”. Al sentir una amenaza a mi integridad, farfullé: ·”Te estás equivocando, los salmones son más sabrosos y vienen cansados remontando e rio para desovar en temporada, si los esperas quieto en una piedra podrás cazarlos sin tanto esfuerzo”. Conmigo, tendrás que primero sacarme la ropa para que mi camisa y campera de nylon no afecten tu digestión
El oso entornando los ojos me respondió: ¿y si mientras te saco la ropa, tú te me escapas? Le repuse inmediatamente, ¿”cómo crees que iré a la capilla y asistir a misa sin ropas”? Cuando pude zafar, intenté correr en forma desesperada, El oso levantando una garra, me arrancó la campera de un solo golpe, luego con la otra  el pantalón sin que me diera cuenta, en seguida me dijo:”vete a misa que llegaras tarde por mi culpa y no quiero que Dios me complique la caza de salmones. Inmediatamente inicié mi carrera desesperada a la capilla, donde ingresé casi sin aliento. El párroco al verme sin ropas, me increpó: ¿Cómo es que Ud. se atreve a venir a la casa de Dios, desnudo completamente? Toda la iglesia se dio vuelta para observar mi desnudez, unas señoras de la primera fila, santiguándose me gritaron: “Depravado, Ud. debe ser el exhibicionista que se les aparece a las señoras ayudantes de la parroquia. Respondí inmediatamente:”soy solo un feligrés que quiso llegar temprano a la misa vespertina, otra señora muy paqueta, tapándose los ojos  con su abanico, en media lengua me espetó:”¿”por eso no tuvo tiempo de vestirse”?.Me vi en la obligación de responde:”se me hace muy difícil explicarlo y que me cran”. Me acercaron una pañoleta para  cubrir mis partes pudendas…. Luego dos  musculosos del fondo, me levantaron en vilo y encerraron en el confesionario  cerrando la cortina con violencia. Desde el confesionario le reproché al párroco:”¡¡¡Ud. usa matones como un líder sindicalista”¡¡¡. El curita se acercó, corrió la cortina y me tiró una bofetada, a la vez que decía:”si sigue agrediéndonos, El señor con seguridad, buscará la forma en que un oso pardo lo utilice como cena….Desde esa fecha, he decidido no ir más a misa vespertina  y concurro al atardecer,  a colaborar con la bestia, en la captura de salmones, jamás mi amigo, dejó de proveerme de  alimento   para mi cena. En casa mi señora, nunca me preguntó ¿cómo consigo todos los días pescado fresco? A veces me pongo a cavilar: “¿creerá mi mujer la historia con el oso?”. Porque  es agnóstica y siempre reprochó que concurría a la iglesia por una minita religiosa, que frecuentaba la capilla.
Creo que el próximo invierno, me encerraré con el oso en la cueva, porque nuestra amistad, ya se ha hecho muy íntima.


LÀZARO

AGUILAS REBELDES

Me dolió ver el águila llevar al corderito en el pico. Era tal la mama que tenía, que ya veía cualquier cosa. A pesar quel dotor, me había recomendau darle menos a la giniebra, porque algún día terminaría matándome. Pero yo fiel a mi condición de macho corajudo, seguí chupando d’ esa botella cuadrada.
Por eso, al ver el águila con el cordero, no me llamó la atención y la dejé pasar. Empecé a preocuparme, cuando ví a otra  con un ternero. Ahí nomás apuré el tranco pa’ regresa al rancho, no vaya ser que estos bichos me dejen sin ganau,
Como la giniebra estaba haciendo estragos en mi cuerpo, me enredé en las bombachas y me juí al suelo, cayendo sentau en una vizcachera. Metí la mano pa’ ver si manoteaba un peludo, cacé una cola y la arrastré pa’ juera. Era un gato montés, que se había refujiau por mis gritos a las águilas, que me arañó la geta y terminé revoliándolo por los aires.
Cuando llegué al rancho, la patrona me gritó: “Otra vez con las minas ‘el boliche, mal nacìo”. Yo traté de explicarle que las águilas nos estaban robando el ganau, pero ella   siguió reprochando, con las mocitas ‘el boliche. Desde ese día, no me preocupo más por el robo ‘e  hacienda que me hacen las águilas, total, nunca habrá forma pa’ conformar  las mujeres.

LAZARO

UN ASADITO DIFERENTE

¿“Y para cuando el asadito”? les decía el vecino de la obra en Bv. Ília al 200 a uno de los obreros cuando los vio salir con las pancartas reclamando el pago de sus salarios. En una de ellas se leía”ingeniero Rico choro”. La pequeña manifestación se dirigía hacia el viejo edificio de la facultad de ingeniería en Av. Vélez Sarsfiel,  la que fue violentamente reprimida por la guardia de infantería. A tan poco tiempo de los comicios, no  se permitirìa un corte de calles en pleno centro de la ciudad. Después de curados los heridos y liberados los detenido, el vecino de la obra comenzó a sentir el olor de  un asado en preparación y llevó algunas botellas de vino 3/4 para festejar con los obreros. Uno de ellos, mientras le acercaba un trozo humeante de asado, que saborearon con fruición, le dijo casi en silencio:”nunca un ingeniero nos salió tan sabroso”.El ingeniero Rico fue coherente con si mismo, era y estaba rico”.
LÀZARO

11/8/11

poesía: El sí de abril de Gladis Argüello


El Sí De Abril

Mi hoja en blanco, sin letra alguna.
No quiero ocuparla con vanos motivos.
¿Podré en este abril llenarla de canto?,
¿de verdes paisajes de color rubí?

Tal vez la comience elevando mi tono,
denuncias guardadas de mi atardecer.
Callados los cánticos de mis primaveras,
lejanas y amadas…, yo no lo diré


El tronco rugoso de mi mano acaricia
herido de surcos por el lento andar,
humectarse pide, libares de trinos
que en este otoño lo hacen pensar.


Hojas, que en música tenue sentíase firmes,
corriendo veloces en tiempos antiguos,
hoy secas murmuran en oro,
su vuelo que el viento jocoso las hace vibrar.


Estoy despojada de tibias cunas y nanas nocturnas.
Mi nido ahuecado, vacío de gestos, de grillos, de rosas.
Con ojos de largos y blancos tiempos
despierta perdido de ingratitud.


Abril, principio de nueva  carrera,
de olores mágicos, de tibio sol.
Envuelve tranquilo mi espera sin límite,
reposa apacible mi confesión.


Lejanas leyendas se meten profundo,
inventando tejidos de ocre color.
La paz ha llegado, parece gritarle
al miedo latente de la incomprensión.


Lustrosos naranjos, níveos azahares:
frutos dorados, jugoso brebaje
perfuman mi otoñó, alejan dolores…
Abril me acaricia, endulza recuerdo y yo, enamorada, le regalo el “Sí”



Gladis Argüello




8/8/11

La muerte de Eloisa Jeandrevin

La Muerte

Viene tocando
                       los talones del infierno.
Lo he sentido enroscarse,
                                         como un fantasma
                                                                      en las paredes
                                                                                            del espíritu.



La he visto
                  en los basurales
                                          repleta de apestosas llagas.

La he palpado
                     en vientres pobres
                                                 aflorando como acero.

He visto bailar al ángel
                                   como en cuchillos de sueño
                                                                             en cenizas de cigarrillos.

A la noche, oí sus pasos
                                    de falsa gacela tierna.

La muerte viene bajando
                                     y yo, me quebré en el llanto.

Eloisa Jeandrevin

Condenado de Eloisa Jeandrevin

Condenado

I-       Alcatraz de fuego, refugio sin remedio,
y el miedo de  cruzar los ojos
a través del hierro.
Abandono de luz en rincones llagados,
resabios de heridas milenarias.
Ella está en los agujeros de la noche,
en los cuerpos sellados,
en el aliento del hombre
nunca imaginado.
…………………………………………….

II-     No hay opción, caminante:
te han lanzado al abismo.
Al fuego de encontrarte desnudo
en la piel de la grieta,
condenado a cortar la vara
de la mágica vigilia.
Lo que salvará el retorno
es el hálito obstinado
de tu vida sin consuelo.

Eloisa Jeandrevin

5/8/11

Poesía Juego de niño de Eloisa Jeandrevin

JUEGO DE NIÑO


Extraño silencio de los peces
en la huella del alba.
Redondos pasos en la arena
en la arena sin fin.
Sólo un punto en la distancia
sin olvido...
Caballitos alados, espirales
que duermen en las olas del tiempo´

Y volverse niño...

Ternura en el espacio del mar:
un duende agita las ráfagas del sol
y su lengua palpita
con los cristales del agua.
Besos de paloma entre las manos
que hace madre los años.

Y volverse niño...

Para explorar el viento,
que las nubes piratas
vuelen los recuerdos
de la inocente playa.
Para golpear los rostros
de la ausencia
que las piedras ahuyenten
los temores del llanto.
Para sembrar el árbol de la vida,
que emerja el encanto de la ostra:
mágica perla de los mares.

¡Juega niño!
que la noche espera.

Eloisa Jeandrevin 


2/8/11

I



Brotan las palabras,
muere el silencio.
Otra vez sin voz.


Denise C.

II




Los penados penan
los amantes aman.
Y yo no soy.


Denise C.

un porrazo de Luis Alberto Guiñazú

Leyendo en la cama de Chove Pascal
UN PORRAZO SE DA CUALQUIERA
Todo tiene un comienzo y lo que pasó por supuesto que lo tuvo. Pero, hay comienzos y comienzos; porque el comenzar pegándose un porrazo con el sidecar, no es precisamente la mejor forma.
Claro, fui a parar al hospital, donde un médico leyó, confundido, la historia clínica de la gorda de la cama del lado -la preparaban para reducirle el estómago-, como la mía, y no tuvo mejor ocurrencia que pedir una rectosigmoidoscopia.
Ella, cuando se enteró no paraba de hacer gestos y matarse de risa. Luego, la ocasión de reír la tuve yo: le dieron a la infame una dieta de sopa seguida de lavativas.
Cuando se aclaró todo, salí con el brazo cosido con cinco puntos, y un parche en la frente. Lo gracioso es que el motor no se averió; regresé con el sidecar  a tomar pisco mientras escribía unas poesías. Aproveché la tarde primaveral, pues en el trabajo me justificaron el día por el accidente.
Podría quedarme todo el día allí, panza arriba, pero no sé qué comedido le fue con el cuento a mi madre.
Vino con todo su amor y muerta de miedo  a gemir por mi inconsciencia.
Ya tengo un estigma, difícil de sacarme de encima: si tomo, porque tomo, si ando en la moto, porque ando en la moto. También opina que con la poesía terminaré como una pordiosera; pero, modestia aparte, yo sé que aunque no diga ni pío, está orgullosa.
Claro, que con tantos mimos y arrumacos no podía decirle que estaba tratando de hallar una palabra que rimara sidecar con brazo roto para iniciar la poesía que el porrazo me había inspirado.
Por ella pude hacerlo entre un accidente de moto y el amor de una madre.
Es la mejor explicación para el premio al mejor poema que me dieron en el concurso.
Luis Alberto Guiñazú
12/11/2006