¿“Y para cuando el asadito”? les decía el vecino de la obra en Bv. Ília al 200 a uno de los obreros cuando los vio salir con las pancartas reclamando el pago de sus salarios. En una de ellas se leía”ingeniero Rico choro”. La pequeña manifestación se dirigía hacia el viejo edificio de la facultad de ingeniería en Av. Vélez Sarsfiel, la que fue violentamente reprimida por la guardia de infantería. A tan poco tiempo de los comicios, no se permitirìa un corte de calles en pleno centro de la ciudad. Después de curados los heridos y liberados los detenido, el vecino de la obra comenzó a sentir el olor de un asado en preparación y llevó algunas botellas de vino 3/4 para festejar con los obreros. Uno de ellos, mientras le acercaba un trozo humeante de asado, que saborearon con fruición, le dijo casi en silencio:”nunca un ingeniero nos salió tan sabroso”.El ingeniero Rico fue coherente con si mismo, era y estaba rico”.
LÀZARO
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